La vida está llena de eventualidades y situaciones inesperadas, tanto para las personas como para los animales. Por eso, aunque nuestro perro no pertenezca a una raza de las consideradas por ley «potencialmente peligrosas» es conveniente que esté asegurado, para su bienestar y seguridad y, por supuesto, para el nuestro como dueños y responsables de animal. En caso de que nuestra mascota sea un gato, contar con un seguro nos dará igualmente tranquilidad y nos facilitará la convivencia con él.
Una póliza de mascotas es un documento que contiene las condiciones reguladoras del seguro y en ella nos vamos a encontrar: las condiciones generales, las especiales y las particulares que individualizan el riesgo, así como los suplementos o apéndices que se emitan en la misma para complementarla o modificarla. Está claro que la elección de un seguro de mascotas ha de hacerse en función de las características de nuestro animal del compañía y de nuestras necesidades, pero, en cualquier caso, existen diferentes aspectos básicos a los que cualquier póliza hará referencia y que conviene tener claros:
- Animal asegurado: en general un seguro de mascotas incluye en este apartado, excepto que en las condiciones particulares se indique lo contrario, a aquellos animales destinados a compañía, exceptuando los destinados a vigilancia, la caza o cualquier otro tipo de deporte.
- Asegurado: es la persona física o jurídica, titular del interés objeto del seguro y que en defecto del tomador asume las obligaciones derivadas del contrato.
- Tomador del seguro: es la persona física o jurídica que juntamente con el asegurador suscribe el contrato y al que corresponden las obligaciones que del mismo se deriven, salvo las que por su naturaleza deban ser cumplidas por el asegurado.
- Accidente: hace referencia a las lesiones o traumatismos en el cuerpo del animal que deriven de una acción violenta, súbita, externa y ajena a la intencionalidad del asegurado.
- Robo: se produce cuando se da el apoderamiento ilegítimo por parte de terceros del animal descrito en las condiciones particulares mediante actos que impliquen fuerza en las cosas o violencia en las personas.
- Extravío: se trata de la pérdida del animal por descuido del asegurado o persona encargada de su custodia.
- Daños materiales y personales: los primeros se refieren a todo tipo de daño, destrucción o deterioro de una cosa, y todo daño físico a animales; en cuanto a los segundos se trata de lesiones corporales o muerte causada a una persona física.
- Gastos de asistencia veterinaria: aquí se incluye todo tipo de actuaciones realizados por un veterinario como por ejemplo radiografías, curas, intervenciones quirúrgicas, estancia en la clínica, sacrificio necesario o eliminación del cadáver.
- Sacrificio necesario: actuación del veterinario cuando el animal llega a un punto de sufrimiento irreversible con el objetivo de poner fin a su vida.
- Eliminación del cadáver: se trata de un servicio prestado por la clínica veterinaria con el fin de destruir los restos del animal siniestrado.
- Valor del animal: cuando se producía la muerte o sacrificio necesario del animal por accidente o robo, normalmente se establece la tasación objetiva de los peritos teniendo como base de cálculo las características zootécnicas, la edad y la producción del animal asegurado, con el límite del capital asegurado.
El Seguro de Mascotas, ya sea la nuestra perro o gato, permite que nuestro animal de compañía disfrute de la calidad de vida que se merece. Nos ayudará a protegerle, cuidarle y atenderle de la mejor forma posible ante cualquier incidente o problema de salud y, a la vez, nos permitirá cubrirnos ante cualquier riesgo como propietarios y responsables del animal.