La solicitud es el documento que permite la identificación y medición del riesgo en el contrato de seguro, constituyendo una parte clave y preparatoria en la definición del mismo.
Tal y como se exponía en este post, el riesgo constituye la esencia y razón de ser de un contrato de seguro. Debido a este relevante papel, el riesgo debe ser identificado, medido y valorado económicamente en la póliza, y todo ello se hace a través de un documento: la solicitud.
¿Qué es la solicitud?
Según la Ley del Contrato de Seguro, el tomador tiene la obligación legal de comunicar al asegurador todas las circunstancias por él conocidas sobre el riesgo que va a ser objeto de cobertura, antes de firmar el contrato de seguro.
Todo ello se lleva a la práctica mediante la solicitud, dentro de la cual ocupa una parte importante el cuestionario. El cuestionario de la solicitud sirve para que el asegurador analice y valore el riesgo mediante las contestaciones del tomador a las cuestiones que se le planteen.
¿Es obligatoria la declaración del riesgo?
Sí, y no sólo es obligatoria la declaración del riesgo, también lo es la comunicación al asegurador de cualquier agravamiento o disminución del riesgo que se produzca a lo largo de la vigencia del seguro.
Del mismo modo que es obligatorio para el tomador declarar el riesgo, también lo es para el asegurador preguntar a cerca del mismo; si no lo hiciera, el tomador quedaría liberado de aportar ningún dato al respecto, con las consecuencias que ello conllevaría en caso de siniestro.
¿Qué ocurre si la declaración del riesgo es inexacta?
El seguro se estructura, desde un punto de vista técnico, en torno a la solicitud y la declaración del riesgo implícita en la misma.
Si esta declaración, a través de las preguntas y respuestas del cuestionario, no se hace correctamente, se producirá una oscilación que debilitará a alguna de las partes. Esto es, se ejecutará un contrato desequilibrado que se debería corregir cuanto antes, evitando así la nulidad del contrato y las posibles responsabilidades del tomador en relación a los perjuicios que esta situación le pudiera causar al asegurador.
A pesar de la importancia de la solicitud dentro del proceso de contratación de un seguro hay que aclarar que, en caso de no llegar a un acuerdo final, la solicitud no implica ninguna obligación jurídica para ninguna de las partes.