Twitter es una de las redes sociales más utilizadas en el sector de los seguros, por lo que la cantidad de información que nos puede llegar cada día es enorme y conviene organizarla para optimizar nuestras interacciones y sacar el máximo partido de nuestra presencia allí.
La información sobre seguros que se mueve en Twitter es inmensa por lo que es lógico que cualquier empresa, blog o persona del sector asegurador siga a muchas cuentas en esta red social, incluso a cientos o miles de ellas. El problema de esto es la cantidad de tweets que saturan nuestro timeline cada día, cada hora… algunos muy interesantes y otros no tanto, o simplemente secundarios.
La mejor manera de solucionar este problema es organizar la información que nos llegue de seguros, y de los temas que nos interesen, agrupando a las cuentas que seguimos en listas privadas o públicas.
El hecho de crear listas públicas implica utilizar criterios no tan personales, lo cual sí es posible con las listas privadas, más útiles por lo tanto y más individualizadas. En ellas vamos a centrarnos en este post. La diferencia entre ambas es la evidente, mientras las primeras están a la vista de todos, las segundas sólo las vemos nosotros.
¿Cuándo crear las listas privadas en Twitter?
Seguir a cientos o miles de cuentas en Twitter sin generar interacción con ellas (retweets, menciones, favoritos) es una pérdida de tiempo y no es ningún indicador de relevancia. Twitter se debe utilizar para aumentar nuestro grado de influencia, tanto en nuestra cuenta como en Internet, por lo que clasificar y priorizar la información que recibimos es una cuestión básica para optimizar nuestras interacciones, y esto se debe hacer cuanto antes.
El mejor momento para crear listas privadas en Twitter es en cuanto empezamos a utilizar nuestra cuenta. Esto parece lógico si pensamos que, a medida que pase el tiempo, nuestra cuenta de Twitter se irá incrementando y la tarea de organización será cada vez más compleja.
¿Qué tipo de listas privadas puedo crear?
Evidentemente elegir qué listas privadas en Twitter me interesan es algo muy personal e irá en función de nuestros intereses como empresa, blog o persona física dentro del sector de los seguros. A pesar de ello, creo que un ejemplo de organización interesante podría ser el siguiente:
- Noticias: cuentas que cubran la actualidad en temas de seguros como podrían ser Grupo Aseguranza o Inese. También periódicos, blogs, revistas que nos aporten información fresca cada día y que nos interesen para estar al día en información oficial.
- Líderes: son cuentas relevantes en el sector a nivel general, personas, empresas o webs influyentes en el mundo de los seguros que conviene no perder de vista.
- Intereses: aquí podemos incluir cuentas que, por motivos particuares, nos resultan interesantes para nuestra labor o debemos seguir de cerca: personas a las que hemos desvitalizado y nos son más cercanas, empleados, cuentas que nos suelen recomendar,.. Esta lista, en función del tamaño, es posible que nos resulte más eficaz subdividirla.
- Competencia: esto está claro, empresas o entidades que cubren las mismas necesidades que nosotros y que debemos tener presentes en todo momento.
- Clientes: si detectamos a nuestros clientes en Twitter podemos asignarlos a una lista privada, teniendo siempre en cuenta su privacidad al respecto en nuestras interacciones con ellos.
- Pendientes: son cuentas que, a priori, parecen interesantes, pero necesitan un seguimiento para decidir si lo son o no, y clasificarlas como tales.
¿Cómo crear listas privadas en Twitter?
Hay varias formas:
- Utilizando la propia web de Twitter. Esta forma es un poco más pesada de llevar a cabo, aunque no deja de ser una opción.
- Utilizando alguna herramienta como Twitlistermanager, muy práctica y fácil de usar. En el video de ciudadano2.0 que aparece a continuación se explica muy bien cómo sacarle partido.
http://youtu.be/_tsejRQOPM4
Para finalizar, es importante que las listas privadas en Twitter que hagamos se revisen cada cierto tiempo y se modifiquen si es necesario. Del mismo modo, nunca debemos desatender a las cuentas no clasificadas pues puede ocurrir que con el tiempo evolucionen y lleguen a ser relevantes para nosotros y, por lo tanto, clasificables.